Adoro los filetes rusos que hace mi madre, unas hamburguesas rebozadas que son uno de mis platos favoritos. Pero no los solía cocinar en mi casa. Tampoco preparaba hamburguesas, de las que son sin rebozar porque a mi chico le gustan las de la carnicería y las compra a menudo. A mí no me van mucho porque están muy especiadas. El caso es que, como tenía bastante carne picada en el congelador, me he decidido a probar a prepararlas. Y me han encantado.
Tras picar muy finito un diente de ajo, se lo he incorporado a la carne picada. También un poco de perejil (siempre tenemos, picado en el congelador) y una clara de huevo, de las que venden embotelladas en los super. Lo tapo con film transparente y lo dejo un par de horas en el frigo.
Después, simplemente le he dado forma de hamburguesa y lo he frito, sin apenas aceite (solo he untado la base de la sartén con un pincel), en una sartén antiadherente. Apenas se pegan.
Están un poquito secas pero riquísimas porque como las hemos comido con la guarnición de las patatas al micro, que son jugosas, el resultado final es estupendo. (foto en la entrada de las patatas)
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